Una buena alimentación en adultos mayores
Una buena alimentación consiste en consumir una dieta saludable y balanceada para que su cuerpo obtenga los nutrientes necesarios para el crecimiento y funcionamiento de este. Estos nutrientes incluyen: las proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas, minerales y agua. En los adultos mayores una alimentación saludable es crucial para mantener la salud, la calidad de vida e incluso ayudar a prevenir enfermedades, tales como: osteoporosis, hipertensión arterial, altos niveles de colesterol, enfermedades del corazón, diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer. Por lo que, a medida que envejecemos, nuestras necesidades nutricionales cambian.
Algunas recomendaciones para una dieta equilibrada en adultos mayores:
1. Variedad de Nutrientes:
• Proteínas: Ayudan a mantener la masa muscular y la salud ósea. Incluye fuentes como
carnes magras, pescado, huevos, legumbres y productos lácteos.
• Carbohidratos: Opta por carbohidratos complejos como granos enteros (pan integral,
arroz integral, avena), frutas y verduras. Estos proporcionan energía sostenida y fibra.
• Grasas Saludables: Incluye grasas insaturadas que se encuentran en el aceite de oliva,
aguacates, nueces y pescado graso (como el salmón). Estas grasas son importantes para la
salud cardiovascular.
2. Control de Porciones y Frecuencia:
• Porciones Moderadas: A medida que la actividad física puede disminuir, es importante
controlar las porciones para evitar el aumento de peso.
• Comidas Balanceadas: Realiza 3 comidas principales y 1 o 2 meriendas saludables para
mantener los niveles de energía estables.
3. Vitaminas y Minerales:
• Calcio y Vitamina D: Son esenciales para la salud ósea. Consume productos lácteos bajos
en grasa, vegetales de hojas verdes y considera suplementos si es necesario.
• Vitamina B12: Es importante para la función cognitiva y la formación de glóbulos rojos.
Está presente en carnes, pescados y productos lácteos, pero puede ser necesario un
suplemento si la absorción disminuye con la edad.
• Fibra: Ayuda a mantener la salud digestiva. Come frutas, verduras, legumbres y granos
enteros.
4. Hidratación:
• Agua: Mantente bien hidratado. A medida que envejecemos, la sensación de sed puede
disminuir, por lo que es importante beber agua regularmente, incluso si no tienes sed.
5. Control de Sodio y Azúcar:
• Reducir Sodio: Para mantener una presión arterial saludable, limita el consumo de sal y
alimentos procesados que contienen sodio.
• Reducir Azúcar: Minimiza el consumo de azúcares añadidos para prevenir problemas
como la diabetes tipo 2.
6. Adaptaciones Especiales:
• Textura de los Alimentos: A medida que los dientes y la masticación pueden volverse un
problema, opta por alimentos que sean fáciles de masticar y tragar, como sopas, guisos y
purés.
• Control de Enfermedades: Si tienes condiciones específicas como diabetes, hipertensión
o problemas renales, ajusta la dieta en función de las recomendaciones médicas.
7. Actividad Física:
• Ejercicio Moderado: Complementa una dieta saludable con actividad física regular para
mantener la movilidad y la salud general. Consulta a un médico antes de comenzar
cualquier programa de ejercicios.
Recuerda que es importante consultar con un médico o un dietista antes de hacer cambios significativos en la dieta, especialmente si hay condiciones de salud preexistentes. Adaptar la alimentación a las necesidades individuales es clave para mantener una buena salud en la tercera edad.